Dificultades que fortalecen
Una de las
grandes particularidades que nos suceden a los seres vivos, es ser impactados
de manera negativa por el destino. Estas situaciones son inevitables aun
teniendo muchísima precaución.
Algo que debemos
tener claro, es que como seres humanos pocas veces nos preparamos para lo que
no es no tan bueno, pero cuando nos permitamos analizar los dos escenarios el
bueno y el no tan bueno, es importante analizar un tercer escenario “el
aprendizaje” aun sin importar el resultado este debe ser la fortalece más
grande que debemos tomar de toda situación. Sin importar su resultado positivo
o negativo para el individuo.
Fortalecernos
de cada dificulta, no es una tarea muy sencilla como parece. Para que esto
ocurra debemos poseer ciertas capacidades que en ocasiones como humanos somos
incapaces de desarrollar, como, por ejemplo; perdonar, escuchar y desde luego
solidarizar la necesidad ajena. Cuando notes que alguien está atravesando por
una situación bochornosa, recuerda escuchar, contextualizar la realidad tuya y
quizás buscar la forma de entender la realidad de la otra persona y desde luego
solidarizarte con su inconveniente. Así podemos fortalecer un aprendizaje mutuo.
La sociedad es un actor fundamental para apoyar el desarrollo del individuo con alguna dificultad, sea esta de carácter económica, familiar, físico, académica, sanitaria entre otras. Sabemos bien el poderío de desarrollo que puede poseer una sociedad que avance unida, sin estigmas ni paradigmas en busca de una vida más armónica para cada integrante de ella. Como sociedad tenemos una enorme responsabilidad, la cual radica en estar dispuestos bajo cualquier circunstancia de fortalecer dificultades que presenten nuestros semejantes.
Para
concluir les comparto. “Querer, hace parte del poder, es una frase bastante tradicional
que sin duda tiene un alto porcentaje de razón. Pero, Yo querer ayudar para conseguir
el querer que otros quieren, es sin duda alguna la acción más humana que una
persona puede realizar por sus semejantes”.
Escrito por: Mateo Cano V