El Estado colombiano ha venido avanzando paulatinamente en los diferentes procesos de lo que a la vida económica compete.
Es evidente que el punto de partida de todo este
asunto es la subsistencia del Estado y del hombre desde lo más crucial y
critico que es su alimentación y descanso, hasta la satisfacción de muchas
necesidades materiales complementarias como el ocio y la movilidad.
En este orden de ideas como bien sabemos nos regimos
por un sistema-mundo capitalista. Pero desde las consideraciones y análisis
propio de la economía nacional logro percibir algunas anomalías que se
encuentran en el sistema rentas estatal, desde mi concepción de justica social.
El sistema de producción, distribución e intercambio
en el Estado colombiano ha avanzado, pero es evidente que este avance se ha
visto sectorizado sea por espacio de territorio o anclado a unas familias,
empresas con raíces o asentamientos en la nación.
De este modo vemos como las grandes industrias y aquellas personas naturales y jurídicas con un alto porcentaje de riqueza, son protegidos, o por lo menos eso pareciera bajo el conocido Sistema Socialista el cual es conocido como una doctrina sociopolítica y económica basada en la propiedad y la administración colectiva de los medios de producción con el fin de alcanzar una distribución más equitativa de la riqueza. Es allí donde evidenciamos la injerencia del estado para proteger los grandes capitales privados, desde el modelo socialista. Me explico.
Existen medios de producción pertenecientes a privados que desde luego hacen parte de la sociedad pero que estos medios no son del Estado, pero este ha creado las estrategias proteccionistas para salvaguardar estos capitales, otorgándole beneficios considerables a las grandes elites como es el caso de la banca privada.
Desde luego otra característica importante de este
sistema es la centralización de poderes, desde luego en Colombia sí que se sabe
de este tema, pues el poder político ha pasado de familias en familias durante
generaciones, centralizando el poder en las elites y como si fuera poco, esta
centralización ha permitido un desarrollo considerable en ciudades como:
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla las cuales se pueden desarrollar
actividades de ciudades del primer mundo, con comodidades bastante importantes para
la población. Pero como esta centralización no ha podido ser equitativa, desde
luego encontramos territorios bastante abandonados donde difícilmente los
ciudadanos pueden acceder a derechos constitucionales como por ejemplo la
educación y la salud.
Pero sin embargo el capitalismo es implementado sobre
la totalidad del Estado, desprotegiendo o desconociendo la realidad de la sociedad.
El capitalismo es un sistema económico que se basa en la propiedad privada de
los medios de producción, así como en principio la libertad de mercado cuyo
objetivo es la acumulación de capital.
Es acá como vemos la injerencia de Estado, como por
ejemplo son aquellos impuestos que cobra el Estado bajo el sistema rentista el
cual es aplicado sobre la totalidad de la población, sin tener cuenta muchos de
los factores importantes para el desarrollo económico. El ciudadano colombiano está
pagando unos impuestos que el Estado inyectado a unas industrias
privadas solo para mantener la hegemonía y la centralización del poder.
Una representación clara de esta situación nos la pone
en evidencia las estrategias implementadas por el gobierno nacional bajo la
crisis economía en la que nos tiene la pandemia COVID 19, donde los más pobres
del país fueron grabados sin distinción alguna, pero las industrias privadas de
gran nombre como por ejemplo la banca, recibieron unos aportes del Estado para
seguir operando, los mismo que son recaudados del pueblo.
Mientras Colombia siga protegiendo los ricos y
desconociendo la realidad de la mayoría del pueblo, difícilmente constituiremos
un Estado más armónico y equitativo.
Escrito por: Mateo Cano Valderrama.
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